Bichología del huerto

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Resetea el disco duro (Y cambia de paradigma)

Seguimos hablando de salud en el huerto…

El control de plagas mediante métodos ecológicos no intenta eliminar todos los insectos, ya que esto descompensaría el equilibrio natural de vida en el jardín/huerto. Ya hemos mencionado muchas veces que hay que pesar en el jardín/ huerto como un ecosistema, formado por diversos elementos que se interelacionan entre ellos, donde todos cumplen una función.

Por el contrario, los métodos ecológicos implican pasar más tiempo en el jardín y el huerto, dedicando más cuidados a las plantas y prestar mayor atención al menor signo de ataque por parte de insectos u otros organismos.

La fauna del huerto

Una de las cosas importantes a la hora de hablar de salud es conocer bien a los “bichos” que pueden aparecer. No todos los insectos son enemigos del jardín. Un metro cuadrado de jardín suele contener unos mil insectos, de los cuales sólo un pequeño número causa daños en las plantas.

Algunos insectos son polinizadores, otros ayudan a descomponer la materia orgánica y otros se alimentan de los insectos dañinos… Todos ellos pertenecen a la fauna auxiliar, ya que nos ayudan a mantener el equilibrio en el ecosistema del huerto/jardín, con lo que a veces llegan a erradicar el problema sin que tengamos que intervenir. Un gran ejemplo de esto son las mariquitas, que se alimentan de pulgones.

Por otro lado, es muy importante aprender a reconocer la plaga y/o el daño que causa para poder controlarla. En algunos casos el insecto es tan pequeño que nuestra mejor herramienta de diagnóstico es conocer el daño causado a la planta.

Insectos chupadores

Todos están provistos de un largo pico articulado que clavan en el vegetal, y por él absorben los jugos de la planta, impidiendo el normal desarrollo de ésta. Los signos más evidentes del daño causado por un insecto chupador son el debilitamiento general de la planta, el marchitamiento de las hojas, o el color amarillento o marrón en éstas.
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Esta categoría incluye a las orugas y las larvas de escarabajos como el de la patata y la mariposa blanca de la col. Son comedores voraces dotados de mandíbulas dentadas que desgarran y trituran el tejido de la planta. Mordisquean los márgenes de las hojas o las agujerean, llegando en ocasiones a dejar a la planta sin ellas.

La mayoría de los insectos masticadores sufren una metamorfosis total, mudando su apariencia varias veces desde que nacen, y pasando por las etapas de huevo, larva, pupa o crisálida y finalmente adulto.
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Muchos insectos se reproducen más de una vez durante una misma estación, por lo que hay que mantener los ojos abiertos durante todo el verano. Las larvas y crisálidas pasan el invierno hibernando en la tierra o entre los restos de las plantas marchitas, por lo que la rotación de cultivos o la limpieza del jardín es una buena forma de atajar el problema.

Queremos recalcar que el hecho de que un producto sea de fabricación casera o incluso “natural” o “ecológico”, no quiere decir que sea inocuo , aunque sí es cierto que suelen ser menos dañinos para el medio ambiente y el resto de la fauna que la mayoría de los productos comerciales.
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